Liderazgo consciente, cualidad de líderes del futuro

Un líder es aquel que ayuda a su equipo a crecer a nivel personal y en la empresa, que guía con el ejemplo, escucha y sabe que sin sus colaboradores nada sería posible, y son estas las cualidades que están dando paso a un nuevo tipo de liderazgo: el consciente.

Daniel Colombo, autor de 28 libros y conferencista internacional, así como coach especializado en CEOs, alta gerencia, profesionales y equipos de trabajo, explica que de aquí a cinco años estaremos frente a nuevos líderes más conscientes

“El liderazgo consciente se enfoca en el desarrollo de un estilo de conducción donde el líder observa y acciona en la organización pensando en satisfacer tres tipos de necesidades de quienes la integran y a quienes beneficia: materiales, cognitivas y afectivas”, explica.

En entrevista, detalla cómo ser un líder consciente y que otras características debe poseer el liderazgo.

¿Cómo ser un líder consciente?

Revisar la consciencia de uno mismo; entrenarse en una consciencia plena, vivir el presente y observar los obstáculos como peldaños para crecer y proyectar el futuro deseado; establecer las bases del futuro trabajando en despertar el auto liderazgo en cada persona; guiar, orientar, estimular y promover la libertad mientras se evalúa el curso de los resultados establecidos de antemano; lograr cohesión entre las personas sobre la base de la honestidad, valentía y capacidades innatas para resolver problemas.

Algunas de las mejores herramientas para desarrollarlo son el coaching, los procesos sistémicos organizacionales, experiencias outdoor, espacios de mentoring, participación, gestión apropiada del talento humano y basado en innovación.

¿Cuáles son las trabas más comunes, en cuestiones de liderazgo, que ve hoy en los hombres y mujeres de negocios, sobre todo en el sector pyme?

Uno es la falta de planificación: son escasas las pymes que encaran un proceso de profesionalización, si bien hay mucha oferta a la que podrían acceder. Además, siguen muy apegados a patrones que, en alguna época, les han funcionado; y no se animan ni quieren innovar.

Otro es el ego de los titulares de las empresas. Estamos en una época de recambio generacional, que implica flexibilizar viejos paradigmas y dar lugar a lo nuevo: nuevas ideas, personas, enfoques, estrategias. Allí se perciben los choques de personalidades, enquistamiento de creencias muy arraigadas y miedo al futuro. Por el lado de los sucesores, a muchos les falta “calle”: el encontrarse resolviendo cientos de problemas al mismo tiempo, la movilidad suficiente para encauzar el manejo empresarial y una necesidad de sobresalir. Y otro tema son los problemas de comunicación interpersonal.

¿De qué forma pueden los dueños de empresas mantener el foco sin “contagiarse” del clima negativo?

Un aspecto esencial es la automotivación y mantener tiempo personal. El estrés sostenido en el tiempo produce desgaste. También lo produce el sobreadaptarse todo el tiempo a las situaciones. El líder siempre es el principal agente de cambio: si el líder permanece centrado, dinámico y automotivado, la empresa funciona mejor.

Es clave equilibrar el tiempo personal y el del negocio; desconectarse en las vacaciones; mantener solo reuniones productivas y efectivas. En América latina se pierde más del 40% del tiempo en reuniones improductivas.

Por otra parte, también es necesario estar atentos a los ciclos, y aprovechar las épocas de baja y crisis para reinventarse; hacer re-ingeniería interna, procesos, finanzas, recursos humanos, comunicación y relaciones con los clientes e inversores, para estar listos en el nuevo salto.

La escasez de tiempo parece ser un tema que cruza a jefes y empleados. ¿Cómo optimizarlo?

Las personas pasan mucho tiempo en actividades improductivas, como un exceso a las redes sociales o WhatsApp.

Se estima que más del 30% de lo que se comparte en redes sociales es intrascendente, y está motivado por el impulso emocional del momento de cada persona.

¿Qué es el liderazgo emocional?

El eje del nuevo liderazgo es la persona, sin dejar de lado la rentabilidad del negocio. La persona soy yo mismo; es cada miembro del directorio, el dueño, los colaboradores; y también los clientes, los ciudadanos, los proveedores.

Todos tenemos un cerebro que ayuda a hacer que las cosas sucedan. O no. Si las compañías invierten tiempo, esfuerzo y recursos en interpretar sus señales, estimularlo, cuidarlo y acompañar el equilibrio que se necesita para que crezca sano y fuerte, su neuroplasticidad se convierte en la clave para el desarrollo.

La Era de la Innovación está regida por el cerebro emocional; el universo de las personas no se centra ya en lo mental y puramente técnico, sino que, si las compañías logran encauzar positivamente los aportes individuales, tienen más chances de transformarse y transformar.

¿Qué es la falta de la innovación emocional?

La toma de decisiones en todos los niveles de una empresa no se basa sólo en los parámetros lógicos que eran dominantes hasta hace pocos años. Más del 80% de las decisiones en las empresas se mueven alrededor del universo emocional de los líderes, sus equipos, y, en cascada, todos los colaboradores.

La ausencia de decisiones es, en sí misma, una política empresaria, porque la “no decisión” es una elección, aunque no lo parezca. Así, las empresas que demoran en transformarse pierden valiosas oportunidades e inevitablemente, estarán rezagadas en el mundo global del que forman parte.

¿Cómo pueden aplicarlo las pymes?

Gestionar la innovación emocional requiere del abordaje en simultáneo de 10 planos: cuerpo, mente, cerebro, espíritu, creencias, paradigmas, resiliencia, entornos, evolución y propósito. De su correcto articulado resultará la transformación y trascendencia, capaz de atravesar cualquier desafío externo.

“Más del 80% de las decisiones en las empresas se mueven alrededor del universo emocional de los líderes y sus equipos.”

Fuente: http://elempresario.mx/

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