El trabajo remoto: oportunidad de inclusión para personas discapacidad

Las personas con discapacidades y movilidad reducida, aún antes de la pandemia, ya se enfrentaban a mayores restos en materia de incursión en el mercado laboral. Pero la creciente adopción de modalidades de trabajo remoto ha abierto una oportunidad para personas con discapacidad.

El trabajo remoto se refiere a una modalidad de empleo organizada, que permite trabajar desde el hogar, sin exigir la presencia física de las personas en una oficina y que, en algunos casos, ofrece flexibilidad en horarios.

En 2020, en el contexto de la pandemia por coronavirus, esta modalidad de trabajo a experimentado una fuerte aceleración de demanda y adopción. En primer lugar, porque se está buscando mitigar el riesgo de contagios de covid-19 y en otros casos, porque hay empresas para las que encuentran mayor facilidad en adoptar el teletrabajo que lograr instaurar protocolos de seguridad sanitaria y distanciamiento social, ya sea por costos o por logística.

Con esta apertura a formas distintas de trabajo, también se abre una importante ventana de oportunidad para las personas con discapacidad.

 

La inclusión laboral aún no es una realidad para las personas con discapacidad

De por sí, el segmento de la población con discapacidad ya es uno de los que más es afectado por problemáticas sociales como desempleo, discriminación y exclusión. La crisis sanitaria y económica derivada del covid-19 ha impactado particularmente fuerte a esta población.

Buena parte de los sectores que normalmente brindan empleo a las personas con discapacidad tuvieron que detener sus operaciones total o parcialmente. Este es el caso de restaurantes, servicios de alojamiento, servicios domésticos, entre otros.

Para las personas con discapacidad encontrar empleo en tiempos de prosperidad es difícil, pero en tiempos de crisis es todavía más complicado.

De hecho, como lo expresa una publicación de RRHH Digital, uno de los llamados más importantes para la inclusión es dejar vincular la contratación de personas con discapacidad con la filantropía o la responsabilidad social corporativa, y empezar a integrarla dentro de la competitividad empresarial.

Según reportes publicados en el Diario de Centroamérica, aproximadamente el 85% de personas con discapacidad en la región no cuentan con un empleo y el 13% se desempeña en la economía regular y sólo el 2% tiene acceso a un trabajo formal, esta estadística está sujeta a cambios a consecuencia de la crisis socioeconómica tras las medidas de confinamiento tomadas por muchos países.

 

Nuevas oportunidades de empleos para centroamericanos vulnerables

El trabajo remoto podría aprovecharse como una nueva oportunidad para que personas con ciertas limitaciones puedan integrarse al mercado laboral, aprovechando la coyuntura actual.

Claramente, la creciente adopción del teletrabajo lo ubica como una de las modalidades de la actividad productiva que habrá de permanecer aún después de la pandemia. Por ello, la sugerencia apunta a que las organizaciones, tanto de sectores públicos como privados, ofrezcan oportunidades para personas con movilidad reducida, que en épocas anteriores se enfrentaban a obstáculos de infraestructura y comunicación.

Pero los avances en adopción de nuevas tecnologías, plataformas digitales y dispositivos accesibles, abren las posibilidades para la contratación de personas con discapacidad.

Aunque en la región no hay estadísticas claras al respecto, reducir la brecha en la inclusión laboral está ahora más que nunca al alcance y bien vale la pena que las empresas tomen acciones contundentes en esa dirección.

Fuente: https://esdesarrollo.com/

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