Cómo hacer un presupuesto para tu pequeña empresa

Uno de los errores más comunes que cometen los emprendedores y las pequeñas empresas es que hacen de forma incorrecta o desordenada el planeamiento financiero de su negocio, por ejemplo, por no hacer su presupuesto de manera adecuada y no mantener su contabilidad ordenada. Sin embargo, el hacer un presupuesto bien es primordial.

Antes de empezar…: ¿Qué es un presupuesto?

Un presupuesto se formula para conseguir en un determinado período de tiempo una serie de objetivos que se han propuesto. Estos se expresan en términos monetarios. Es decir, hacer un presupuesto es planear lo que quieres realizar en el futuro y expresarlo en dinero dentro de un plan de acción.

Claves para hacer un presupuesto para nuestra pequeña empresa

 

1. Ten un plan estratégico y metas organizacionales definidas

Primero, es importante que conozcas tu negocio y que hagas un análisis exhaustivo tanto de él como del mercado concreto en el que vayamos a desarrollar nuestra actividad.

Por ejemplo, tienes que establecer una serie de metas financieras para tu negocio. Éstas deben ser medibles y realistas, ya que de esta manera aportarán a tu presupuesto un objetivo real e importante que servirá como motivación para tirar adelante. Para este fin, tenemos que realizar cálculos realistas basados en nuestros estudios previos y en las características del mercado. De lo contrario, partiremos de supuestos y previsiones erróneos.

También es importante que analices las tendencias de los ingresos y los gastos de los años anteriores (si el negocio ya lleva un tiempo).

Por último, en este apartado, tienes que determinar cuáles son los límites de gastos que te marcas. O sea que tienes que estimar un porcentaje de los ingresos que quieres gastar antes de hacer el presupuesto. Es crucial ser realista: Obviamente, todo profesional autónomo o empresario sueña con levantar un imperio en poco tiempo. Pero el 99% de las veces eso no es así. Para crecer hace falta tiempo y una buena planificación.

2. Pronostica los ingresos

Es uno de los principales aspectos que te encontrarás en cualquier guía de cómo hacer un presupuesto. Y, te aseguramos que, si no sale en ninguna plantilla de presupuesto, ésta no es buena.

Lo normal es que los ingresos provengan mayoritariamente de las ventas, que serán variables.

Para hacer tu presupuesto, puedes pensar en tres posibles escenarios: ventas bajas, ventas moderadas y ventas altas. Uno de los objetivos de este apartado es que realices una estimación lo más exacta posible teniendo como base la información que tengas ahora. Así, te estarás asegurando que la proyección es lo más ajustada a la realidad.

Piensa que este dato es muy importante ya que a partir de los ingresos tomarás una serie de decisiones de distintas áreas que pueden determinar el devenir de tu negocio.

3. Presupuesta los gastos, tanto fijos como variables

Todo negocio debe contar con unas herramientas que permitan tener un control y seguimiento sobre las inversiones y salidas de dinero que hay. Así se podrá detallar cada uno de los gastos y disponer de los recursos que tengas de forma más eficiente.

Los costes fijos se refieren a aquellos gastos que tendremos que soportar durante todo el año, con independencia de nuestra facturación o de cualquier otro factor (alquiler de las instalaciones y/o equipos, los costes de internet, teléfono, electricidad, calefacción, salarios y cotizaciones, etc.) Los costes variables, a su vez, son los que varían a lo largo de un período en función de factores como los costes de producción, transportes, materias primas, dietas, etc.

El presupuesto acostumbra a ser anual, aunque también puede ser posible que sea semestral o trimestral. Eso depende de las necesidades de tu negocio, así como la industria en que se desenvuelve y otros factores.

Eso sí, es fundamental que sea detallado de forma mensual para así poder controlar los gastos de manera eficiente. En definitiva, la idea detrás de esto es priorizar y evaluar los efectos que generan la empresa.

4. Pronostica cuál será el flujo de efectivo

Es una herramienta básica de la gestión financiera. Con ésta se planifica el uso más eficiente del efectivo con el que cuenta tu negocio, y busca mantener saldos cercanos a las necesidades de dinero que requiere la empresa para su correcta operación.

De esta manera se evitará que se incumplan una serie de obligaciones como el pago a proveedores, acreedores o personal. También evita que exista algún tipo de efectivo ocioso que no genere algún beneficio.

Si el efectivo es positivo, significa que el negocio tiene el financiamiento suficiente para la operación. En cambio, si es negativo se necesita de financiamiento adicional. Este puede venir de alguno de los accionistas o de un crédito bancario.

En términos económicos también hablamos de punto de equilibrio, es decir, aquel nivel de ventas o producción en que los costes fijos y variables quedan cubiertos, es decir, son iguales a 0. A partir de ahí, podemos empezar a obtener beneficios.

5. Hacer un presupuesto de todas las áreas

Una parte importante de hacer un presupuesto. Es esencial que cada área operativa tenga el suyo propio. De esta manera es más fácil hacer un control y seguimiento, y colaborar con el cumplimiento del presupuesto general.

6. Programa revisiones periódicas de seguimiento

Esto no te aparecerá una plantilla de presupuesto, pero te podemos asegurar que es algo importante en el momento de hacer un presupuesto.

Para revisarlo tienes que examinar cómo es la situación actual con los importes que se estimaron tanto en los ingresos como en los gastos. Si hay algo en lo que se está gastando demasiado dinero, se debe mejorar o eliminar, de modo que se igualen costes y gastos y que llegues a un equilibrio presupuestario. Es importante tener en mente que el presupuesto no es una herramienta inalterable, se puede y se debe modificar durante su vigencia.

Fuente: https://www.billomat.com/

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